Estos dos meses que llevamos de confinamiento escuchar o leer noticias ha sido un acto por un lado necesario y por otro muy incómodo, con tanta incertidumbre y sobre todo mucho dolor por las personas afectadas por este terrible virus. Pero hay noticias curiosas, que nos sacan del letargo neurotizante. Entre ellas las compras que han realizado los españoles durante esta cuarentena.
Ir al supermercado se ha convertido en un acto arriesgado y con un halo de inmolación pero ya dentro se compra más de todo y sobre todo se compra mucho más alcohol de lo habitual y curiosamente más chocolate.
Ese chocolate que nos permite darle más serotonina a nuestro maltrecho cerebro, para pensar menos en la difícil situación actual. Pero tampoco pensamos en cómo ha llegado ese chocolate a ese supermercado.
La Coordinadora Estatal de Comercio Justo nos recuerda, en esta semana previa al día mundial que:
Ni una sola empresa del sector del cacao se encuentra cerca del objetivo de eliminar
el trabajo infantil, ni siquiera del compromiso de reducirlo en un 70%
Mientras el mercado global del chocolate genera 103.000 millones de dólares anuales,
quienes cultivan el cacao viven en la pobreza. Es necesario y posible cambiarlo.
Más de 2’1 millones de niños y niñas trabajan en la producción de cacao en Costa de
Marfil y Ghana. El #ComercioJusto garantiza la no explotación laboral infantil.
En Costa de Marfil, el principal país productor de cacao, los ingresos de quienes lo
cultivan no llegan al 37% de la renta mínima. El #ComercioJusto garantiza salarios
dignos y estables.
Ahora que tenemos más tiempo para pensar, pensemos en esto.
