Estos días estamos viviendo las justas reivindicaciones de nuestros agricultores y ganaderos por las calles de Zamora, Salamanca y otras zonas de España. Lo que piden es ni más ni menos que lo mismo que reivindicamos con el comercio justo: un pago justo a los productores.
Mucha gente se lleva las manos a la cabeza al conocer el dinero que recibe el agricultor por el kilo de patatas y lo que finalmente cuesta en la superficie comercial. De nuevo tenemos intermediarios y especuladores que encarecen el precio para beneficio propio y el que realmente trabaja la tierra y el que paga por los productos es el que sale perdiendo.
En noviembre de 2017 se celebró en la India la asamblea mundial del comercio justo (WFTO) y se sentaron las bases del Domestic Fair Trade o comercio justo local. Hasta ahora se hablaba de asimetría norte-sur pero el paradigma va a cambiar y se establecerán los criterios concretos para que una compañía pueda ser considerada de comercio justo sin estar en un país de los denominados del sur.
Este fin de semana se reunirán en Sagunto (Valencia) varios expertos para debatir este tema a través de un taller denominado "El comercio justo en continuo cambio". Interesantes serán todas las aportaciones pero especialmente la de Mathilde Brochard que hablará de la nueva normativa francesa en la cual dejan abierta la posibilidad a productores franceses para acreditarse como comercio justo.
Un tema que esperemos evolucione y mucho.
