martes, 11 de junio de 2019

El sabor del chocolate

En muchas ocasiones promocionamos el chocolate de comercio justo como un producto que deja buen sabor de boca refiriéndonos al sentido ético y moral. Pero el chocolate de los cultivos de comercio justo, al ser ecológicos y respetar al medio ambiente mantienen todo el aroma que el cacao de esas tierras nos pueden ofrecer.
El chocolate tiene tantos matices de sabor como puede tener el vino, cerca de 300. Para la ciencia es uno de los productos más complejos. Los productores además dejan fermentar el cacao entre dos y siete días, una cuestión crucial para que se desarrollen todos los aromas posibles. Además todo depende tanto del clima del lugar como de la fertilidad del suelo.
El chocolate nos puede traer sabores florales, de avellanas, frutos rojos, cítricos...Todo ello sucede por las prácticas agrícolas ecológicas y ancestrales de los pequeños productores, ésta es una más de las ventajas que tienen los chocolates de Comercio Justo con respecto al resto, algo que no lo dan aromas artificiales añadidos industrialmente, son los propios matices del cacao, dependiendo de la zona, que nos puede hacer viajar a países y entornos tan exóticos como lejanos.
Disfrutaremos por tanto de un chocolate de calidad gourmet que superaría a los del comercio tradicional no sólo en calidad sino también en precio.