jueves, 30 de abril de 2020

El derecho al agua y el COVID-19

Es complicado escribir artículos en estos dos últimos meses y no referirnos al enemigo común que nos ha puesto en jaque a todos.
La preocupación por el futuro, sobre todo el de la economía, planea ahora por las tertulias televisivas y radiofónicas apuntando una situación dantesca y apocalíptica de aquí a unos meses.
Parece probable que no viviremos tan bien como vivíamos antes de este auténtico paréntesis en la historia de la humanidad pero hay otros (una gran mayoría además) que ya vivían mucho peor con anterioridad de la llegada del coronavirus.
Se nos ha hablado hasta la saciedad durante las últimas semanas de la importancia de lavarnos las manos con la mayor frecuencia posible y eso es algo que en occidente podemos hacer con el simple gesto de abrir un grifo. Pero en muchos sitios el agua es un bien escaso, muy escaso, la pandemia en esos países puede resultar más mortífera que en el nuestro.
Las organizaciones de comercio justo han contado siempre con ingenieros que aseguraban el abastecimiento de agua no sólo para la agricultura sino también para el uso individual, por ejemplo en Yemen gracias al comercio justo hay 15 millones de personas que tienen acceso a ese bien tan preciado.
El comercio justo ha hecho mucho bien allí por donde ha pasado. Aunque se avecinen tiempos durísimos en nuestro país la mejor manera de salir de este bache será con la solidaridad. Siendo solidarios con nuestros productores, consumiendo alimentos de proximidad y cuando tengamos que adquirir productos que aquí no tenemos que nunca nos olvidemos del comercio justo. Será bueno para todos.