Desde el comercio justo se habla mucho del consumo responsable, algo que ha de tener en cuenta los hábitos de los consumidores. Dichos hábitos en general han ido cambiando en esta última década de una forma vertiginosa, actualmente muchos consumidores compran por internet por la comodidad que ello supone y a veces incluso para beneficiarse de un mejor precio.
Desde las compañías que venden online se pone a disposición del público una amplia variedad de productos de comercio justo, tan amplia como la que se puede encontrar en una tienda o gran superficie e incluso mayor. No me refiero a los distribuidores de comercio justo que también venden online pero lo hacen con un pedido mínimo de al menos 100 euros, me refiero a las grandes empresas que venden de todo.
Esto puede tener varias lecturas. Por una parte es positivo que los productos de comercio justo sean tan asequibles para todo el mundo y eso provoque que haya más volumen de ventas. Pero tiene su parte negativa ya que se venden sin más, mezclados con otros artículos y sin explicar ni formar al consumidor acerca de los principios de comercio justo. Otra cuestión negativa sería la huella ecológica que este tipo de compras dejan en el medio ambiente ya que se utilizan medios de transporte contaminantes para su difusión mientras que si uno se dirige a una tienda de comercio justo en su ciudad no se produce este tipo de circunstancias.
De todas maneras por mucho que cuestionemos el cambio en las formas de consumo éste es imparable, al igual que lo es el modo de informarse o de consumir ocio. Tendremos que adaptarnos a los tiempos tal y como vienen e intentar seguir formando e informando a los consumidores por las vías que estos utilicen.