Hay muchas maneras de retomar los libros y los hábitos escolares perdidos entre el bullicio y el calor del verano. Si algo se aprende cuando se da formación de comercio justo es lo permeables que son los niños cuando se les habla de otros niños de su edad en otros países que tienen que trabajar. Normalmente son muy receptivos y hay una inversión de futuro cuando se les imparten charlas ya que muchos de ellos van captando valores como la solidaridad y el compromiso con los menos afortunados.
También cuando se realizan las compras para la vuelta al cole se nos presenta la posibilidad de dar ejemplo a los pequeños consumiendo de forma solidaria y sostenible.
Para la ropa sería bueno apostar por las fibras naturales, también desde el comercio justo nos ofrecen mochilas y ropa de deporte que no ha sido elaborada por otros niños y para todo existen alternativas eco.
Las principales marcas de papelería ya han lanzado material de escritorio ecológico como bolígrafos recargables y fabricados con plástico reciclado procedente de botellas. También hay pegamentos elaborados con materiales biológicos degradables. Incluso con el celo hay marcas que utilizan plástico reciclado para la propia carcasa. Educar en ecología a los niños no sólo consiste en arrojar cada envase en el contenedor del color apropiado, deben de entender que si tienen cuadernos de papel reciclado estarán contribuyendo a una menor deforestación y que el papel es un bien escaso que hay que utilizar con responsabilidad.
Y no sólo se cuidarían los valores de los niños con estas actitudes y conductas, también se mira por su salud como por ejemplo la costumbre de reutilizar botellas de plástico para beber agua, algo que se ha comprobado que es nocivo a largo plazo. Actualmente hay botellas realizadas con plásticos no nocivos y que pueden usarse todas las veces que se quiera o usar fiambreras para meter la merienda y evitar el abuso de envoltorios.