lunes, 30 de septiembre de 2019

El largo proceso del café...ecológico

Parece sencillo hacerse un café y disfrutarlo en apenas unos minutos pero el proceso de producción es muy largo y laborioso y más en el caso del café procedente de cultivos de comercio justo donde la química no forma parte.
Una vez plantado hay que esperar tres años para que las flores den paso a los frutos y cinco años más para que esos frutos sean productivos. Las bayas rojas nos indican que el fruto está listo para ser recolectado. Dentro de la baya si hay un grano indicará excelente calidad, si hay dos será media y si hay tres será calidad baja. Además los granos de café se meten en agua y los que flotan son desechados por no tener la calidad suficiente y los que quedan en el fondo permanecen ahí 24 horas para ser limpiados.
Las plagas son combatidas por medios estrictamente naturales sin usar pesticidas ni producto químico alguno.
A los quince años la planta deja de ser útil y hay que repetir todo el proceso.
El café ha de pasar a una fase de secado y se introducen en sacos que posteriormente van a parar a la cooperativa de base. Se vende a través de comercio justo porque los beneficios que obtienen son mucho mayores y se vende en grano verde para no modificar la calidad del café.
La planta es compatible con algunas, como el plátano, que le daría sombra e incompatible con el maíz que le quitaría nutrientes.
Muchas veces se dice que el café de comercio justo es caro, pero aquí tenemos un ejemplo del enorme trabajo que hay detrás para algo tan cotidiano y que forma parte del día a día de numerosas personas en occidente.